De Caravana

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El cine y las producciones audiovisuales cordobesas son un fantasma en los ojos de un cinéfilo promedio ¿Por qué?

Por Fátima Frechero. Estudiante de Comunicación Social – FCH/UNRC

 

De Caravana (2010), de Rosendo Ruíz, fue una de las tres películas que subieron de nivel al audiovisual cordobés. Esta cuenta la historia de un fotógrafo que tiene la intención de captar en su cámara, al espíritu de los bailes “cuarteteros” de La Mona Giménez, y gracias a esa experiencia, termina por conocer profundamente al artista. La palabra “caravana” tiene múltiples usos, pero su definición es “grupo de personas que viajan en una misma dirección”. El título de la película es un ejemplo perfecto para develar las incógnitas asociadas a las producciones audiovisuales de la provincia y, a los ojos -y emociones- del espectador cordobés.

Paso 1: Primeras Huellas

En el año 2008, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) se articula con la Agencia Córdoba Cultura. Esta unión tuvo como resultado la modificación de los requisitos exigidos a la hora de subsidiar proyectos audiovisuales. Uno de estos eran la trayectoria y los antecedentes que traía consigo la productora postulante. Córdoba no tenía ninguno. ¿Cómo puede ser? Si hay registros de que la industria audiovisual argentina comenzó a principios del siglo XX. En realidad, así lo fue, pero… en Buenos Aires.

Dejando atrás la inexistencia de antecedentes, esta articulación del INCAA y el Gobierno de la provincia de Córdoba trae consigo la realización de tres largometrajes que marcaron un hito: una de ellas es la mencionada en el primer párrafo de esta nota; la segunda es: “Hipólito” (2011) de Teodoro Ciampagna y la tercera “El invierno de los raros” (2011) de Rodrigo Guerrero.

A full. Hace 12 años atrás, los cineastas cordobeses no contaban con antecedentes que les permitieran participar en los concursos audiovisuales. Hoy tienen la ¿justa? garantía de que sus carpetas postuladas no se queden en el último rincón de la fila -al menos no en todos los casos-.

“Si bien las producciones son muy distintas, las tres productoras se pusieron de acuerdo para exhibir y difundir esas tres películas de manera conjunta, bajo la etiqueta de ‘cine cordobés’”, dice Karen Grünig, licenciada en Diseño y Producción Audiovisual y docente de la UNRC. Y así comienza esta caravana. Desde allí, las producciones cordobesas gozan de una nueva identidad y tienen sus tres primeros antecedentes que, al menos, les permiten “desde donde arrancar”.

Paso 2: Guita

“A partir de este año, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales cuenta con un comité federal que funciona en paralelo con el de Capital… Yo presenté un largometraje a fines de abril, y en junio me dieron la resolución”, comenta Hugo Curletto, realizador audiovisual de Córdoba.

Bien. La existencia de un comité federal suma puntos. Las producciones cordobesas avanzan otro escalón más para subir de piso. ¿Eso implica salir a realizar la película? En parte…

“El INCAA sitúa al costo medio de un largometraje de audiencia media en unos 70 millones de pesos aproximadamente”, agrega Curletto. El Instituto te subsidia un 38% aproximadamente del costo medio de una película. El resto consta de una elección de producción: o achicar los gastos al máximo, o conseguir más plata -lo cual es lo ideal-. ¿Cómo? Trabajando con productoras. En Córdoba hay productoras muy grandes, como Prisma, Jaque Content, Twins. También se realizan muchas co-producciones con otros países. España, Francia, México, Colombia. “Con lo que te subsidia el INCAA filmas entre 2 o 3 semanas, y una película bien hecha son 4 o 5 semanas”, dice Claudio Rosa, realizador audiovisual de Córdoba y docente de la UNRC.

Bueno, pero ahora está el Polo Audiovisual, va… Desde el 2017. ¿Es un INCAA cordobés? No. El primero es un instituto nacional autofinanciado, y el Polo es un órgano de aplicación de la Ley 10.381 de Fomento y Promoción de la Industria Audiovisual de la provincia de Córdoba. La misma fue aprobada en el 2016.  Como su nombre lo indica, ésta tiene la función de fomentar y promover. Una ayuda más las producciones cordobesas marginadas ante la mirada de la industria porteña. El Polo inauguró una sede en la ciudad de Río Cuarto en septiembre del 2021.

Desde la creación de este espacio, las producciones audiovisuales han tenido otro sostén económico, político e histórico, más cercano. Emiliano Racino, representante del Polo Audiovisual en la Ciudad de Rio Cuarto asegura que “cada proyecto audiovisual tiene una naturaleza particular que la hace “especial” una de otra, respecto de los recursos (artísticos, económicos, técnicos) que se necesitan para realizarse”.

Entonces, volviendo a la pregunta inicial: ¿por qué las producciones cordobesas eran un fantasma en el ojo de un cinéfilo promedio? Bueno… se descarta la imposibilidad en términos de producción. Hay desde donde partir -o al menos, desde donde pararse-. Tienen antecedentes, un comité federal y una ley que fomenta y promueve. Pero… ¿dónde se puede ver?

Paso 3: Dar lugar

“Las películas cordobesas tienen sus estrenos, pero por más que logres proyectar en alguna sala, el aparato publicitario es fundamental”, comenta Hugo Curletto.

Las lógicas de distribución no son equitativas, por supuesto. Esto tiene que ver con la trayectoria del cine de Capital, y como no: el internacional. ¿Se querrá brindar pauta a una película cuya historia es relativamente nueva? El audiovisual cordobés entra a competir en a conveniencia de inversores.

Además, se sabe que hay películas provenientes de producciones y agencias hegemónicas, con actores y directores de “primer nivel”. Las superproducciones o “tanques”, como se dice en la jerga audiovisual, son aquellas que invierten casi los mismos millones en publicidad que en su realización. El mercado siempre existió.

En cuanto a salas de la Ciudad de Río Cuarto, hay espacios que integran cine cordobés en sus carteleras. No es el caso de Cines del Paseo. Pero si lo hacen en las salas del Centro Cultural Leonardo Favio: “Generalmente se realizan proyecciones cordobesas con bastante periodicidad. En lo que va del año, se han proyectado 3 o 4 películas que, además, han sido financiadas parcialmente a través del Polo Audiovisual”, dice Racino.

Con el fin de promocionar tales proyecciones, el Polo Audiovisual crea un sitio en Youtube que se denomina “En Sinopsis”. Este consta de una breve reseña por parte del director/a de las producciones proyectadas en las salas del Leonardo Favio.

No obstante, aunque la comercialización no sea la misma, esto no significa que no se produzcan contenidos audiovisuales. De hecho, si los hay, y mucho. Además, la trayectoria es fundamental. No se pueden inventar lógicas de comercialización y promoción de millones y millones de dólares, cuando la realización de los productos audiovisuales en la provincia de Córdoba comenzó hace un poco más de una década.

“En Córdoba se hacen películas, y no solo que dan mucho laburo, sino que se cuentan historias que no contaría nadie”, asegura Claudio Rosa.

En conclusión: existen

No son un fantasma. Hay producciones audiovisuales de Córdoba en Córdoba. Y hay salas en la ciudad, -al menos una- que proyectan material. Su conocimiento es menor, pero su trayectoria es muy corta.

Un relevamiento de la producción audiovisual por provincia, realizado por el Observatorio Audiovisual de Córdoba para la Federación Argentina de Audiovisualistas reveló que “desde el 2010 a la actualidad, se produjeron en Córdoba 45 largometrajes de ficción, 13 series para el INCAA y la Televisión Digital Abierta de género ficción y documental y más de 25 largometrajes documentales”, afirma Karen Grünig, miembro del equipo de investigación. Debe tenerse en cuenta, que el relevamiento finalizó en 2019, pasaron 3 años- y más producciones-.

“Son números que van creciendo generalmente en presentaciones y concursos. Este año, el Polo abrió concursos de desarrollo de guión y se anotaron alrededor de 70 concursantes”, comenta Emiliano Racino.

Las producciones cordobesas están en estados constantes de crecimiento y evolución. Aunque no olvidemos que el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) tiene su sede principal en Ciudad de Buenos Aires. Provincia que lleva 100 años de ventaja en creación de material audiovisual, y es, aún, quién dice las reglas ¿No será permanente la lucha por la descentralización?

 

Desigualdad(es)

De cuatro entrevistados, uno es mujer. La industria audiovisual es uno de los espacios más patriarcales. Un relevamiento del INCAA sobre la participación de las mujeres en los ámbitos educativos y laborales del audiovisual argentino reveló que “de las películas nacionales estrenadas en el período de 2019 hasta 2021, la participación de las directoras mujeres fue siempre inferior a la participación de los hombres en el rol de dirección”.

Este año, el INCAA ha propuesto una nueva iniciativa con el fin de fomentar la participación igualitaria de todas las identidades de género. Aquellos proyectos que integren mujeres o cualquier género auto percibido en los roles de: guionista, productor y/o director. Además de tener entre el 45 y 50% de los equipos técnicos compuestos por mujeres, pueden solicitar un subsidio adicional.  Pero, ¿esto está chequeado?

 

Cineclubismo: Inicios de un festival cinéfilo

“El cineclubismo era una práctica habitual, juntarse a ver películas y comentarlas”, dice Karen Grünig. ¿Hablamos de las clásicas películas de Hollywood que muestran a los yankis viendo películas en familia durante las épocas navideñas? No.

En Argentina no tenemos ese ritual. La expansión de esta práctica fue el puntapié inicial para la creación de varios festivales de Cine y Contenido Audiovisual en la provincia de Córdoba. “No es una muestra interna, sino festivales de impacto, avalados por el INCAA”, dice Grünig.

En octubre de 2021 se realizó el primer Festival de Cine Cordobés (Fecico). Según la página oficial de Noticias del Gobierno de Córdoba, “se proyectaron más de 20 títulos producidos en la provincia y que han tenido recorrido local, nacional e internacional”. El festival nace como una iniciativa del Polo Audiovisual Córdoba. Las proyecciones tuvieron como sede a las salas de las ciudades de San Francisco, Jesús María, Villa Dolores y Córdoba.

 

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